lunes, 19 de octubre de 2015

¿COLABORAMOS? La necesidad de cooperar entre empresas y ONG (*)

Las desigualdades sociales y económicas no han dejado de agrandarse en los últimos años, tal y como demuestra los datos de Oxfam en enero de 2015: ochenta multimillonarios poseían tanta riqueza como la mitad más pobre del planeta.
El problema de la desigualdad no es que haya personas que acumulen mucho dinero. La tragedia es que todavía existen millones de personas que viven con menos de un dólar al día y cuya pobreza incide directamente en sus necesidades básicas que apenas tienen cubiertas.
El octavo Objetivo del Milenio hacía un llamamiento político en ese sentido: hay que fomentar una alianza mundial para el desarrollo en que los gobiernos de los distintos países hagan mayores esfuerzos de cooperación para mejorar economías subdesarrolladas.
También las empresas están recibiendo más presión para abordar este problema desde los organismos internacionales, los consumidores y los inversores con el propósito de lanzar iniciativas para promover la responsabilidad social.
Por su parte, las ONG continúan con la tarea de de intentar resolver los problemas sociales y ambientales, se constata el poder creciente de las empresas ante la impotencia de los gobiernos a la hora de poner fin a estos desequilibrios.
Existe cada vez más la conciencia creciente de que la solución a estos problemas globales pasa necesariamente por la colaboración: los problemas son problemas de todos y las soluciones solo llegarán mediante la colaboración y la unión de fuerzas a favor de un objetivo de interés común.
El problema es que el reto nos coge un tanto desentrenados. Tradicionalmente las empresas y las ONG han mantenido una relación distante y difícil. Algunas ONG ven en determinadas empresas el origen de parte de los problemas que hoy existen en el mundo. Por su parte, las empresas ven en algunas ONG una amenaza y un impedimento para el desarrollo de su actividad y para la generación de economía y empleo.
Ambos agentes están “obligados” a colaborar si quieren resolver los problemas que les afectan a ambos. Y, parece ser que afortunadamente, el enfoque sobre esta cuestión ya ha empezado a cambiar. Las empresas han ido tomando conciencia de que su enorme poder conlleva una enorme responsabilidad. Y las ONG, por su lado, están asumiendo que necesitan sumar esfuerzos de otros actores para poder cumplir con sus objetivos.
En la literatura actual el futuro de las relaciones de colaboración entre empresas y ONG, la pregunta más importante tiene que ver con el cómo, y no tanto con si vale la pena hacerlo o no.
Las ONG pueden seguir viendo el sector privado como una mera fuente de recursos y corres el riesgo por no ofrecer a las empresas ninguna ventaja o bien pueden plantarse diseñar colaboraciones más sofisticadas y complejas, más rigurosas y globales, que las sitúen en una posición ventajosa y más atractiva para el sector empresarial.
Algunas ONG están apostando por algunas de las estrategias siguientes: promover la acción directa aprovechando las nuevas tecnologías de la información; influir en cambios sistémicos mediante la colaboración con otras organizaciones que cubran otras áreas; sacar mayor provecho del sector privado mediante la creación de proyectos de “valor compartido”, o liderar acciones multisectoriales consistentes en colaboraciones rigurosas para resolver problemas complejos.
Así pues, las alianzas pasan de ser una donación de fondos a convertirse en un proyecto de impacto. Las empresas se convierten en partners estratégicos del tercer sector y ya no son meros donantes.
Las ONG pueden aprovechar todo este nuevo potencial demostrando los beneficios que los proyectos de “valor compartido” pueden aportar a las empresas. Para ello se hacen necesarias iniciativas como el Programa de Liderazgo e Innovación Social a cargo de ESADE y la Fundación “la Caixa” para directivos de ONG que ha arrojado luz sobre los requisitos o pasos a dar para diseñar y gestionar con éxito una colaboración entre una empresa y una ONG.

(*) Conclusiones extraídas del documento de trabajo del Programa ESADE – PwC de Liderazgo Social 2014-15 “Colaboraciones ONG y empresa que transforman la sociedad”.

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