lunes, 18 de enero de 2016

“Si estás enfermo, ¿qué haces viniendo a trabajar?”

Tres de cada cuatro empleados acude a su puesto con gripe o con otras patologías, poniendo en peligro la salud de sus compañeros y la de su propia empresa, según revela un macroestudio internacional.

 

Las bajas por enfermedad se han reducido más de un 40% desde el inicio de la crisis, no porque las dolencias se hayan vuelto más benévolas sino por el miedo a perder el empleo. Los trabajadores se lo piensan ahora dos veces antes de descolgar el teléfono para advertir a su jefe de que hoy se quedarán en casa porque están con un trancazo de miedo. Cada vez más, acuden al trabajo en un estado de salud deplorable y mandan a sus hijos enfermos a la escuela, lo que supone, según advierten una y otra vez los especialistas, un error de salud pública de primera magnitud; y también empresarial.

La epidemia de gripe, que viene este año retrasada a causa del veraniego otoño que hemos disfrutado, está a punto de llegar. Las oficinas volverán a llenarse de empleados con fiebre, tos de perro y un malestar general que les impedirá desarrollar su tarea con la mínima calidad exigible. Saben que lo que hacen no les conviene ni a ellos, ni a sus compañeros. Entonces, ¿por qué lo hacen?

Un reciente estudio realizado por investigadores de Reino Unido y Canadá sostiene que el 'presencialismo', que es como se denomina en argot laboral a esta práctica, se produce principalmente por dos motivos. Hay empleados que acuden a trabajar a toda costa, pase lo que les pase, por su enorme sentido de la responsabilidad, tan grande como el error que cometen al hacerlo. Otros simplemente sufren las consecuencias de su elevada inseguridad laboral, según se desprende de un amplísimo estudio publicado en la revista 'Journal of Occupacional Health Psicology ('Diario de Psicología de la Salud Laboral').

El trabajo, firmado por investigadores de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, y de la canadiense Universidad de la Concordia, consistió en la realización de un metaanálisis de 61 trabajos anteriores, que habían contado con la participación de 175.960 trabajadores. Los autores del estudio explican que, en el fondo, ambos trabajadores actúan de manera errónea, porque unos y otros contribuyen no sólo a expandir la enfermedad, sino a rebajar con su conducta la productividad de su empresa, según informa la agencia de información científica SINC, del Ministerio de Economía.

Empresas «severas» y «equivocadas»

Unos, según explican los investigadores, se sienten vulnerables por el elevado estrés que les provoca su delicada situación económica y profesional. A otros, en cambio, les gusta tanto su trabajo que no pueden vivir sin él. «Trabajar mientras se está mal puede agravar los efectos de la enfermedad inicial y dar como resultado malas actitudes en el trabajo», explica la autora principal del estudio, la italiana Mariella Miraglia. «Las posibles consecuencias de ausentarse propician que los empleados vayan a trabajar enfermos o que regresen antes de encontrarse completamente recuperados».

El análisis de todos estos estudios permitió determinar algunas de las causas de este fenómeno entre las que destacan dos. A «la mala salud en general» de las plantillas donde más se favorece el 'presentismo' se une la «severidad de las empresas respecto a las ausencias, aunque estén justificadas». Se «equivocan».

Otro trabajo también reciente, firmado por la Work Foundation -una organización británica independiente y sin ánimo de lucro dedicada al estudio e investigación de los aspectos relacionados con la mejora de las condiciones laborales- concluye que el costo de trabajar durante la enfermedad supera en 1,5 veces el del tiempo perdido por el absentismo laboral del operario. Dicho de otra forma, es más caro -más que el doble- ir a trabajar enfermo que quedarse en casa.

En España, tres de cada cuatro empleados acuden a su puesto de trabajo cuando están enfermos y lo hacen porque, en caso contrario, se sienten culpables, tal como recogió una encuesta realizada en 2011 por la publicación 'Tendencias 21'. El 53% de los entrevistados -la muestra total estuvo formada por más de 3.700 empleados de diferentes sectores- reconoció haber sido contagiado por un compañero de trabajo. «Es importante que los empleados cuiden su salud y la de los demás quedándose en casa cuando no se sienten bien», razonó la vicepresidente de Recursos Humanos de la empresa CareerBuilder, autora de este estudio. «Aunque los trabajadores sientan presión para estar presentes en la oficina, deberían hablar con sus directivos acerca de quedarse en casa si están enfermos y plantear la posibilidad de trabajar desde casa. La mayoría de los empleadores son flexibles y entienden que los trabajadores son más productivos si están mejor de ánimo».

                Fuente.www.diariovasco.com

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